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El silencioso avance del chanchito rojo en la uva de mesa.

El chanchito rojo (Oregmopyga peruviana), antes asociado a viñedos para vino, ha comenzado a colonizar cultivos de uva de mesa en Ica. Su avance preocupa por su agresividad y por la falta de un manejo coordinado entre fundos, lo que podría favorecer su expansión.
Una nueva plaga ha comenzado a inquietar a los productores de uva de mesa en Ica: el llamado “chanchito rojo” (Oregmopyga peruviana), un insecto de la familia Eriococcidae, cuya presencia había sido tradicionalmente asociada a viñedos de uva para vino, en regiones como Arequipa, Ica y, sobre todo, en Cascas, en La Libertad (Quispe, R., Dadther y otros, 2021). Hoy, sin embargo, ha cruzado ese umbral y comienza a instalarse en variedades comerciales de uva de mesa, lo que enciende las alertas del sector, según informa el entomólogo Manuel Bravo, investigador y asesor en el manejo integrado de plagas en cultivos de agroexportación.
Esta especie, de color rojizo o “concho de vino”, presenta una biología particular: se reproduce sin necesidad de machos (partenogénesis) y deposita sus huevos en forma de hileras similares a pequeñas salchichas. Se agrupa formando grandes colonias bajo la corteza de tallos y ramas, especialmente cerca de los nudos y en estructuras lignificadas. Aunque no se ha reportado su presencia directa en la fruta, su comportamiento agresivo ha demostrado ser capaz de reducir el tamaño de la canopia y, en casos extremos, matar plantas enteras, como ocurrió en algunos viñedos destinados a la producción de vino.
Variedades donde hizo su aparición
“Esta especie fue observada principalmente en las variedades Timpson, Cotton Candy y Candy Hearts en Ica. También se registró en Sweet Globe, que era la variedad dominante en uno de los fundos visitados. La presencia del chanchito rojo requiere atención especial, ya que inicialmente las infestaciones suelen ser localizadas, pero pueden extenderse rápidamente”, señala el especialista.
La aparición de esta plaga en uva de mesa tomó por sorpresa incluso a quienes ya la conocían en contextos vitivinícolas. “El año pasado visité expresamente Ica por un caso de chanchito rojo. Ellos mismos me decían: ‘ingeniero, esta especie la hemos visto en uva de vino desde antes’, pero había pasado desapercibida”, relata.
Establecer un sistema de monitoreo
Al encontrarla en cultivos de mesa, la preocupación se volvió mayor: “No es que nos va a matar toda la uva, pero las plagas nuevas siempre empiezan de a pocos. Si antes estuvo en viñedos y ahora está en uva de mesa, claramente la plaga ha avanzado”. Muy importante, por lo tanto, es establecer un sistema de monitoreo, con la búsqueda minuciosa en los tallos y ramas, tomando porciones de estas estructuras, para efectuar un destole simple y rápido, para ubicar alguna infestación y luego hacer el seguimiento de control, destaca el entomólogo.
El especialista también advierte sobre los inconvenientes muy frecuentes en el manejo de nuevas plagas: la falta de coordinación entre fundos vecinos. “Muchas veces cada fundo actúa por su cuenta, pero se debe entender que las plagas migran por supervivencia y no respetan linderos. Un caso referencial es lo que ocurrió en La Libertad cuando apareció como plaga clave la mosca blanca Bemisia tabaci en espárrago. Cada fundo estableció sus propios parámetros de manejo, con un hermetismo total, mientras la plaga seguía avanzando. Esto duró hasta que el doctor Fausto Cisneros asumió la coordinación y la implementación del MIP. La base de involucrar muchas medidas con participación colectiva de los fundos permitió tener resultados positivos, logrando controlar la plaga y estabilizar el agroecosistema del espárrago. Este caso se considera un ejemplo exitoso de manejo integrado, y que debe servir como base para otros casos como el de chanchito rojo”.
La recomendación del entomólogo es clara: actuar desde ya, con vigilancia constante y medidas preventivas coordinadas entre productores de toda la región. La experiencia indica que, frente a una plaga emergente, la respuesta colectiva puede marcar la diferencia entre un problema aislado y un daño generalizado.